Collar Isabel ~ Ámbar y aguamarina

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Este modelo está elaborado con ámbar báltico original, una resina vegetal fosilizada hace 35 millones de años, que contiene ácido succínico, un analgésico natural que actúa en contacto con la piel, aliviando molestias y ayudando a fortalecer el sistema inmunológico. 

Alivia dolores de cabeza, ayuda al padecimiento del asma, artritis, dolor articular, migrañas, cólicos, reduce la inflamación en los oídos, la garganta, el estómago, alivia la dentición y el sistema respiratorio.

Propiedades energéticas:
Es un poderoso sanador y limpiador que aleja la enfermedad y revitaliza los tejidos.
Brinda una gran protección. Absorbe las energías negativas y las transmuta en fuerzas positivas que estimulan la autosanación corporal. Tiene intensas conexiones con la tierra y ofrece mucha motivación. Conecta el objeto del deseo con el impulso para conseguirlo. 

El ámbar ayuda en la recuperación de los tejidos del cuerpo, potencia la energía positiva para una mejor recuperación de las enfermedades. Esto puede entenderse aun mejor con la herida de un árbol, de donde nace el ámbar…

Cuando un árbol sufría una herida, este generaba una sustancia líquida que cubría esa zona para protegerlo y curar ese daño. Esa sustancia líquida se endurece, convirtiéndose en una resina con ciertas características curativas, ya que en su composición contiene un ácido llamado succínico, los cuales se traspasan al organismo al entrar en contacto con el calor de la piel y logra asi funcionar como un antiinflamatorio natural para todas las edades. 

Aguamarina

Actúa sobre el sistema nervioso central, está indicado para dolores de mandíbulas y dientes, se usa mucho para el bruxismo, fortalecer las cuerdas vocales, combatir la retención de líquidos, los problemas respiratorios y de pulmones.

Propiedades energéticas: 

Es ideal para eliminar el estrés, brindar claridad mental y mejora la comunicación, favoreciendo la autoexpresión.Relaja la mente. Alienta a ser fiel a uno mismo, confiar en el universo y dejarse llevar. Otorga coraje y fomenta la autosanación. Ayuda a  encontrar el rumbo y es buena compañía para los viajeros. 


Se recomienda usar el collar desde que el bebé comienza la etapa de dentición, apróximadamente 4 meses, hasta que se crea conveniente. Los collares son completamente seguros, poseen un nudo antes y después de cada cuenta, de modo que en el caso improbable de que la correa se rompa, las cuentas no se perderían ni representarían un riesgo de asfixia. Están confeccionados con hilo de poliéster y con cierre a rosca de plástico para facilitar la seguridad. Es importante tratarlos con cuidado ya que son collares preparados para los mas pequeños.

Medir el cuello por qué los talles pueden variar dependiendo de la contextura, deben quedar 3 dedos por debajo, no mas para evitar engancharlo o que se lo lleven a la boca. 

 

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